Una tarde anodina, y aburrida hasta la saciedad. No corre nada de aire, y unas pegajosas gotas de sudor recorren la supreficie de su oreja derecha, y se desliza por su cuello hasta su nuca, donde son absorvidas por la tela de la camiseta.
Rengoku no corre, pero si que mantiene su caracteristico paso rápido, y en apenas 5 minutos llega a la tienda de armas. Entra dentro de la tienda, y rápidamente controla todos los ocupantes del habitáculo, son tres personas, sin contarle a él. Una preciosa kunoichi de unos veinticinco años con un bonito cuerpo, a la que se acerca de manera inconsciente, un chico de su edad que aparentemente está haciendo un recado para alguien, ya que no tiene ni la más remota apariencia de ser un ninja, pero nunca se sabe. Y tambien está el dependiente, un hombre de aspecto atareado tras un caluroso día en una tienda que apesar de su reducido tamaño, contiene un sin fín de árticulos.
Él no necesita nada más que un par de articulos, pero como no tiene nada mejor que hacer en esa tarde decide que paseará un rato entre los abarrotados estantes, mirando los articulos mientras aprovecha los últimos momentos de luz del día. Se acerca al mostrador, donde están atendiendo a la muchacha, y se queda mirandola atentamente sin que ella se de cuenta. Ella acaba de comprar, y a él se le ocurre que quizá le podría decir algo, intentar entablar una conversación, para no dormir solo esa noche, pero decide no tentar a la suerte, debe concentrarse en entrenar.
Visto desde más cerca el dependiente de la tienda de armas, aunque tiene un aspecto cansado, su aspecto tambien es amable, y empieza a tornarse relajado debido a la cada vez más notable ausencia de clientes debido a la hora que es ya. El hombre le mira y le dice:
-"¿Que es lo que deseas joven?"
Rengoku le mira a los ojos y le contesta:
-"Pues deseaba adquirir diez shurikens, dos kunais, y dos sellos explosivos"
-"Serán doscientos ochenta ryus"
-"Perfecto, aquí los tiene ossan"
Rengoku decide que el momento de marcharse ha llegado, y regresa a su casa, donde su hermana pequeña le estará esperando con la cena preparada, y deseosa de que su hermano preferido le cuente alguna historia antes de rendirse a los brazos del sueño.