Hala!! Yo soy todo esto:
CAPRICORNIO :
Un lobo con piel de cordero
SEDUCCIÓN. Fuego helado
Hemos topado con el hueso más duro de roer de todo el zodiaco. Fríos, distantes y calculadores, estos cubitos de hielo con patas, que guardan uno de los mayores fuegos sexuales, se harán de rogar convirtiéndose en el objeto de seducción mientras te miran de arriba abajo. ¿Sabes moverte? Camina haciéndole ver lo que se puede perder. Derrítele con una buena conversación mientras le enseñas el escote o la fuerza de las manos… y asegúrale que no pretendes sólo sexo (aunque sea mentira cochina). Tendrás que currártelo con velitas, aroma a incienso y buenas vistas de la ciudad (son muy muy tradicionales) pero siempre tienes la opción B: si consigues ser absolutamente descarado y no le das opción a reaccionar le tendrás en la cama arrancándote la ropa sin que se haya dado cuenta de cómo llegó hasta allí.
EN LA CAMA. Un poquito más
Son los reyes del deseo reprimido. Aguantan hasta que les duela, pero una vez que explotan cuentan con un carisma sexual fuera de lo común. Lo suyo es el sexo salvaje, constante y muy, muy frecuente. ¿Sabes esos tarritos que pone “agítese antes de usar”? Pues lo mismo. Juega a tocarle y tocarte, algún lametón, alguna sugerencia al oído, pero sin dejar que te haga nada. Si hace falta átale. Cuándo vuelva a tener movilidad comprenderás por qué valió la pena todo el esfuerzo anterior.
De ellos puedes esperar arañazos, mordiscos, lucha de poder… una noche interminable en la que te preguntarás entre gemidos y bañado en sudor, de dónde sacó esta desvergüenza aquel modosito al que te dirigiste hace unas horas.
Ah, y no te molestes en hacer la cama después. Volverás a utilizarla.
FANTASÍAS. Vamos los dos en compañía…
Cuando el capricornio se desinhibe se convierte en un devorador insaciable, hasta el punto de que, en su fuero más interno y, aunque no se atreva a decirlo, su gran sueño es poder devorar a más de uno y una a la vez. Sí señor, capricornio guarda en su interior al rey de las orgías. Nada le gustaría más que encontrarse en un harén donde, por orden, claro, fueran pasado entre sus manos y sus piernas, toda serie de cuerpos escultóricos en una noche interminable. ¿Quieres jugar? Llévatelo a un pase de modelos o a una calle concurrida y susúrrale al oído qué podría hacer con cada uno y una de los que se cruzan por su mirada mientras guías su mano por tu cuerpo –discretamente-. Le habrás encendido tanto que no será capaz de aguantarse hasta llegar a casa… Corre, meteros en el baño de un bar!!!
Yupiiiii!! mola ser capricornio!!