Tamekaze Senju VS Red Mist Ryur (amistoso)

Localizacion: Pradera de hierba corta, en el centro se encuentra un lago medianamente grande con mas de tres metros de profundidad en sus partes más profundas. No hay arbol alguno salvo unos pocos y estan muy separados entre ellos. Estos son de hoja caduca y bastante bajos. Estos arboles estan a bastante distancia del lago.

ON:

El caos, la guerra, el poderío militar, la fuerza tanto individual como en grupo. El mundo ninja era sinónimo de destrucción, y esa destrucción inevitablemente contagiaba a los países vecinos, haciendo de este mundo un continuo intercambio de odio. Sin embargo, ciertos opinaban diferente, no era la venganza lo que les movía, ni el odio, ni siquiera la avaricia; solo el placer de la diversión, la adrenalina y por su puesto la sensación de superioridad. De todas las villas de ninjas la que más seguía esta filosofía era la más misteriosa de todas, la Niebla, donde el verdadero significado de ninjas queda demostrado. Sus luchadores eran especialistas en ataques sigilosos y por esto ya desde estudiantes se les enseñaba a no mostrar sentimiento alguno por la muerte. Para conseguir aquel objetivo una prueba se les era impuesta a los candidatos a ninjas, consistía en asesinar a tu compañero de estudios, demostrando así su fuerza y sus nervios de acero. Esa costumbre ya apenas se practicaba, sin embargo aquel novato en el mundo de la guerra había sido el ultimo testigo de la cruel costumbre; por ello se le comenzó a llamar como Red Mist, el último en contemplar la costumbre de la Niebla sangrienta. Por ese titulo, siempre fue un chico solitario.

Ahora esa historia no importaba, su mente estaba clarificándose a medida que sus piernas avanzaban sin siquiera órdenes por parte de su sistema nervioso. Su figura se podía observar bajo un celeste cielo caminando lentamente por una verde pradera en la que en el centro un cristalino espejo intentaba imitar el majestuoso brillo del astro rey, el autentico monarca de los cielos. La humedad era constante y muy agradable, hacia fresco un caluroso día de verano.

Aquel joven iba ataviado con una camiseta sin mangas de color azabache con diversos trazos rojos, dando la sensación de ser un tiburón negro y esas sus branquias a la altura de las costillas. Un cinturón negro mantenía bien sujetos el par de pantalones anchos del mismo color. Una hebilla metálica se mostraba uniendo los dos extremos de ese cinturón. Unas sandalias negras usadas de forma común entre los de su oficio le servían de calzado.

El oscuro cabello largo del joven descendía sobre su cara ocultando ligeramente sus rasgos faciales, aunque se podían ver claramente un par de ojos marrones que gracias al brillo dorado del Sol adquirían una tonalidad ambarina. Lentamente se fue acercando al lago y se sentó en la hierba a orillas de este cuerpo acuático. Su rodilla siniestra se mantenía ligeramente elevada mientras que su pierna diestra se mantenía paralela a su diestra pero a diferencia de su contraria, estaba totalmente estirada sobre la hierba. Su mano alcanzo el contacto frío de una roca de un pequeño tamaño y de forma plana. Esta roca salto dos veces en la mano del chico, para acto seguido, lanzarse paralelamente a la imperturbada agua del lago. Las ondas se iban formando a la vez que la piedra avanzaba dando saltos sobre esta. Tras esto, el joven miro hacia el cielo, esperando ver lo que es su destino.

Iba paseando por aquella pradera, buscando el lugar exacto donde pelearía con mi rival. La brisa descolocaba mis cabellos verdes. Mi cara expresaba la emoción que sentía, debido a que había escuchado muchas leyendas de mi rival, y yo sabia que seria un combate realmente impresionante.

Aunque el camino era largo, no se me hizo muy pesado, debido a que estaba bastante concentrado, ya que el combate de hoy, seria una prueba de fuego, y lo tomaría como referencia para ver como me encontraba.

Poco a poco divisaba un lago, y a la orilla de este, un chico sentado, el cual estaba lanzando una piedra al lago. Cuando me encontraba a unos 15 metros de mi rival, decidí no acercarme más, ya que no conocía sus habilidades. Desde esa distancia de mi rival, le dije con un tono tranquilo, ya que no quería demostrar el nerviosismo que sentía

- Hola, ¿eres Ryur?

Después de esto empecé a observar detenidamente el campo, vi que los árboles estaban muy separados, y que la hierba no era muy alta. Rápidamente empecé a trazar una estrategia, a pesar de que aun no conocía las habilidades de mi rival.

Pasos golpeaban la húmeda tierra del suelo. La hierba se apartaba temerosamente ante el indeciso paso de una segunda presencia. Sumido en sus pensamientos no prestó atención a la entidad que se aproximaba a su lugar de reposo. La presencia de aquella segunda persona solo significaba una cosa, iba a ser una mañana violenta.

Este individuo demostraba una indecisión ante la presencia del joven, ya fuese por que su simple aspecto le intimidaba o su conocido titulo le apabullaba. De cualquier forma aquel joven procedente de la Niebla no solía rechazar ningún tipo de desafió. La tranquilidad luchaba por mantener su territorio frente a la creciente tensión que se generaba. El joven mantenía los ojos bajos cuando aquel otro chico le pregunto si era él mismo, el propietario del nombre que allá donde fuese rumores sobre el último engendro de la sangrienta tradición. ¿Aquel joven estaría aquí para devolverle a la villa, o simplemente para probar hasta donde llegaba aquella fuerte convicción construida por tal tradición?

Sin respuesta alguna y con lentitud, el joven aspirante a asesino se levanto de la acolchada hierba. Su mirada se encontraba fija en aquel ser, una expresión fría se dibujo en el brillo de sus ojos. No podía evitarlo, aquella pregunta le ofendía.

-Depende de quien sea el que me llame y de sus intenciones.-

Aquella fue su respuesta, con su característica voz tranquila y grave. Se mantenía indiferente a que un posible enemigo apareciese, ese era, el fruto de su entrenamiento.
Ni siquiera se puso en ninguna posición defensiva. Sus marrones ojos estaban fijos en el joven del verde cabello. Una ligera sonrisa se mostró en el rostro del joven.

-Lo siento colega, ya cerré el garito de los autógrafos.-

El silencio tomo la forma de una oleada, invadiendo todo el plano creando así una escena memorable.

El chico que estaba sentado en la hierba, al oírme, se levanto de su asiento improvisado, y me miro con una mirada muy fría, intentando intimidarme. Cuando escuche sus palabras, junto con esa mirada, pensé -Es muy seguro de si mismo...haber si durante el combate se siente tan bien.-

Mi cara era la palabra tranquilidad en estado puro, había entrenado mucho a lo largo de mi vida, y me encontraba en una forma física excepcional, por lo que no le tenía miedo a nadie ni a nada, por el simple echo que sentía bien. El chico dijo que había cerrado el garito de los autógrafos, asíque, con un tono muy tranquilo y amable, además de con una sonrisa bastante especial en mi cara le dije

- Soy Tamekaze, y no vengo a por un autógrafo, solo vengo a comprobar como eres de fuerte...así que si no te importa, espero tu ataque, enséñame de lo que eres capaz

Mi cuerpo estaba completamente relajado, pero no dormido. Mis ojos estaban clavado en los ojos de mi rival, aunque no perdía de vista sus posibles movimientos, ya que no quería sorpresas de ningún tipo.

Su ceño se frunció. No se esperaba aquellas palabras por parte del joven de extraños cabellos. Sus ojos denotaban una frialdad excesiva y cierto sentimiento de repugnancia. ¿Acaso no se daba cuenta de que estaba en su paseo matutino?¿No se daba cuenta de que ahora mismo todo tipo de reto carecía del mas sentido? No, decididamente ese chico no demostraba una lucidez excesiva. En cierto modo, le vendrían bien ciertos estiramientos. Su manejo del chakra no era excesivamente bueno, de hecho, se le daba de culo. Sin embargo lo compensaba con una fuerza y unas técnicas de combate cuerpo a cuerpo francamente impresionantes para su edad. Su mirada se desvió un segundo hacia el agua de aquel estanque. Una sonrisa apareció en su rostro. Su mirada volvió a enfocar al chico en su campo de visión. No merecía la pena desplegar todo su potencial físico.

El agua del estanque empezó a elevarse y arremolinarse alrededor del brazo izquierdo del chico. Se fue formando lenta pero con precisión. Primero el agua se fue uniendo gota por gota haciendo más densa la cantidad del agua y por ende más fácil de formar. Más tarde fue cogiendo forma, una columna azulada se fue formando; flexible e inquebrantable era aquella agua, su densidad había alcanzado unas proporciones increíbles debido a la presión que el chakra del muchacho ejercía sobre esta. Modelando poco a poco se comenzó a distinguir su figura, era una técnica tan elegante como eficaz, nunca le había fallado. Uniéndose al índice y al corazón, una fina columna de no más de un centímetro de diámetro, se extendía formando lo que parecía ser un látigo.

Ya formada la técnica el joven no vaciló. Con una increíble velocidad aquella masa de agua se lanzó hacia su objetivo, en cuestión de segundos ya comenzaba a rodear el brazo derecho de aquel muchacho con intención de inmovilizar aquel miembro e impedirle la utilización de sellos. Aquella técnica, era una de las pocas que poseía que eventualmente usaba, ya que fomentaba ampliamente su desarrollo en el combate. Nunca le han gustado las técnicas ocultas ni ilusorias, pero tenia que admitir que eran un salvavidas importante. Eran importantes eso lo tenia asumido, solo que él prefería mantenerlas como último recurso. Pero visto que su oponente parecía seguro de si mismo, se ha sentido en la obligación de darle un espectáculo decente.

-Bien, aun no me has dicho tu nombre, aunque sinceramente me da igual, tu conoces el mío, lo justo es que me des a conocer el tuyo también. Bueno mejor no, dámelo cuando me alce con la victoria y estés convaleciente.-

Sus ojos expresaban maldad, una inquietante sonrisa decoraba su rostro. Por primera vez desde hace tiempo, estaba inspirado para matar. Aquella era la filosofía de la Niebla Roja.

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Edit

Spoiler:

El chico inspiraba miedo, o por lo menos una persona normal lo notaria, pero yo no. Yo me encontraba demasiado concentrado en el combate como para atemorizarme por mi rival. Observe como el agua se arremolinaba alrededor del brazo izquierdo del chico. Como respuesta empecé a realizar sellos a la máxima velocidad que podía, aguantando el último sello, para realizar la técnica justo a tiempo

La técnica de mi rival había acabado y este sin pensárselo dos veces la lanzo contra mí. En el justo momento en el cual mi rival lanzo esa técnica de Suiton, yo emití el chakra necesario para terminar de realizar la técnica. En un suspiro, yo desaparecí del lugar sin dejar rastro alguno.

Un segundo. Un segundo después de desaparecer, y de que mi rival lanzara su ataque, fue el tiempo que necesite para ponerme debajo de mi rival. El suelo se empezó a resquebrajarse, y en un instante, yo salía de debajo del suelo, con unas rocas puntiagudas pegadas a mi puño derecho. Con este alzado, intente golpear el mentón del chico con toda la fuerza que tenia y a la máxima velocidad que me permitía mi cuerpo

Técnica realizada

- Doton Genkan: Con este Jutsu, te desapareces, para luego aparecer justo
debajo del oponente y darle un fuerte golpe haciendo que las rocas se
peguen a tu puño.

¿Cómo? Es imposible. No puede haberse desvanecido por arte de magia. Esa técnica no la conocía, pero si conocía uno de aquellos sellos. En la academia les enseñaron a identificar sellos y uno de los que componía aquella técnica era el característico sello que se usa en el elemento tierra. Sabiendo esto podía deducir que algo pasaría con la tierra cercana aunque no supiese el qué. Ante esta circunstancia eligió luchar en su terreno.

Impulsándose con las dos piernas, lanzo su cuerpo hacia el lago. Aquellas milésimas de segundo se hicieron enormes. Los ojos del joven miraban de un lado a otro en busca de cualquier reacción. Entonces la percibió. Justo en el lugar donde se encontraba antes, su rival apareció con su puño delante suyo, destruyendo la tierra donde se ocultaba. Levantando una buena nube de polvo a su estela, Ryur no pudo evitar sonreír. Aprovechando el poco campo de visión que tendría en ese momento, el joven ninja agito su siniestra, lanzando aquel látigo de agua sólida contra su rival.

-Te tengo-

Susurró Ryur mientras sentía como el látigo se enrollaba en el puño de su rival. Finalmente la sensación de tiempo volvió a su curso y aquel ninja de la niebla aterrizo sobre el agua, que aunque no fuese sólida, su entrenamiento de control del chakra hacia que aparentase tan sólida como el cemento mas fuerte.

Sin perder la vista de su rival y sin perder el tiempo, Ryur agarró fuertemente aquel látigo de agua y, usando la fuerza conjunta de ambos brazos, dio un fuerte tirón para que su enemigo entrase en su terreno.

-Lo siento colega. Hoy, tu sangre pertenecerá a la niebla roja. Me asegurare de que no quede carnaza.-


OFF: Lo siento por la brevedad pero estaba con prisas.

Han pasado mas de 96 horas, asique asumo que el combate ha finalizado declarandome a mi mismo como vencedor de este. ¿No? Por favor cualquier admin o mod que cierre este tema. Muchas gracias.